Siempre me costó expresar lo que siento, cuando era pequeña caí en el mundo del arte de casualidad, sin previo aviso… y todo cambió para mí. Descubrí que todo lo que no podía decir, era posible transformarlo en arte. Después de años enganchada a este mundo tan bonito y a la vez caótico, caí en la cuenta de que cada piedra que descubro tiene mil preguntas más que resolver, de mí, de un personaje, del movimiento, de la palabra, de un plano… Me encantaría seguir jugando y así descubrirlas todas.
De pequeña empecé a bailar flamenco y también a ir a clases de teatro, en la adolescencia cambié el flamenco por baile urbano y en paralelo intenté aprender un poco de cada estilo de baile. Nunca dejé de hacer teatro, tampoco de bailar, tenía tan claro que lo quería tener en mi vida, que decidí centrar mi vida en ello.
Estudié interpretación de forma intensiva durante dos años y lo complementé con cursos intensivos de ambas disciplinas. En mi segundo año de interpretación la curiosidad por el cine creció tanto que cada vez quería saber más, así que empecé otro curso dirigido al lenguaje audiovisual para entender un poco más cuántas cosas alberga cada plano.
Durante estos años he seguido reafirmando cada vez más mi pasión por el arte y la cultura, escribir poesía, cantar, danzar… Todas engloban la libertad de permitirse ser, de jugar con otros amantes de estas disciplinas y conmigo misma, de investigar, indagar, dejarse ir…
Sé que no es un oficio fácil pero quiero poner todo mi empeño en poder vivir haciendo lo que amo, en conocer gente con mis mismas inquietudes, en seguir creando y dando vida a las creaciones de otros. Trataré siempre de amar y respetar el arte.